viernes, 2 de septiembre de 2011


Un día despiertas y ya no sabes nada, no sabes ni quien sos, de donde venís y mucho menos a donde pretendes ir, momentos en los que solo te limitas a pensar que es un día mas, un monótono día, en lo que no va a pasar nada interesante, te vas desarreglada, sin ánimo de nada, ya no sentís dolor, no sentís alegría, no sentís nada, sos como un humano en estado totalmente vegetativo, tu corazón entro en coma cuatro, tu mente en shock, y vos seguís poniéndole el pecho a todo, eso es de valientes, de gente luchadora, que ya nació con un chaleco de balas y puede soportar todo.
Pero… hay ciertos momentos en los que decaes, en los que el sentido de estar feliz ya no existe, en momentos como esos, lloras y lloras y lloras hasta que de tanto llorar te quedas sin aire, entonces paras, tomas aire y seguís, hasta que te da sueño te vence y te quedas dormida con las lagrimas en tu rosto aun mojadas y después al otro día te levantas como si  nada y fingís que está perfecto con la mejor cara de bolida que tenes, eso es a lo que yo llamo “luchadora”, las admiro.

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